La crisis del agua en México exige pasar de los discursos a sistemas medibles, digitales y sostenibles. Con redes envejecidas, pérdidas físicas que alcanzan hasta 40% del agua bombeada y organismos operadores financieramente frágiles, el reto ya no es sólo construir más infraestructura, sino hacer mucho más eficiente la que ya existe. En este contexto, surge un nuevo modelo donde la tecnología, la gestión profesional y la toma de decisiones basada en datos se convierten en la base para garantizar el derecho humano al agua y la resiliencia frente al cambio climático.


ASIM se posiciona como un aliado estratégico para esa transformación, integrando más de tres décadas de experiencia en soluciones que abarcan desde la rehabilitación de redes hasta la implementación de plataformas inteligentes de monitoreo 24/7. Su enfoque se centra en diagnosticar con precisión, priorizar inversiones y optimizar activos existentes mediante telemetría, sensores de presión y calidad, análisis predictivo, gemelos digitales e Inteligencia Artificial. Estas herramientas permiten anticipar fallas, reducir fugas, sectorizar con criterio técnico y elevar sustancialmente la eficiencia física y comercial del sistema.


El modelo propone una gestión integral, procesos administrativos y operativos modernizados, control centralizado mediante SCADA, esquemas de mantenimiento basado en condición, así como capacitación continua del personal operador para asegurar que la tecnología se traduzca en resultados tangibles. La articulación entre infraestructura hidráulica, sistemas digitales y gobernanza financiera permite a los organismos operadores mejorar su cobrabilidad, reducir costos operativos, fortalecer su capacidad de inversión y construir confianza con usuarios, autoridades y financiadores.


Más que proyectos aislados, ASIM impulsa hojas de ruta escalables que combinan infraestructura inteligente, reúso, eficiencia energética y gobernanza técnica, adaptadas a la realidad de cada ciudad. El resultado es un portafolio de soluciones llave en mano que transforma sistemas vulnerables en sistemas robustos, transparentes y orientados a desempeño, donde cada litro producido, conducido y cobrado contribuye a la seguridad hídrica de largo plazo.